martes, 20 de diciembre de 2016

Muere Mamoru Matsunaga, padre del judo dominicano

SANTO DOMINGO. Falleció en la mañana de este martes Mamoru Matsunaga, padre del judo dominicano tras padecer de quebrantos de salud en los últimos meses.
Los restos de Matsunaga están expuestos desde las 12:00 del mediodía en la Funeraria Blandino de la avenida Abraham Lincoln.
Para el miércoles, a las 10:00 de la mañana, el féretro conteniendo el cuerpo de Matsunaga será trasladado a la Casa Nacional del Judo, en el Centro Olímpico, donde se hará un acto de cuerpo presente para rendir el último homenaje a la memoria del deportista.
Luego de concluida la ceremonia en la Casa Nacional del Judo, el cuerpo de Matsunaga será cremado.
“El judo dominicano siente mucho la pérdida de su padre, el cual no solo se enfocó en transmitir la práctica del judo a todos los judocas dominicanos, con sed de nuestro deporte, sino también de los fundamentos y la esencia de nuestra disciplina en sí”, manifestó la Fedojudo a través de una nota de prensa.
El maestro Matsunaga falleció a las 6:00 de la mañana de este martes en su residencia de la ciudad de Santo Domingo a la edad de 80 años.
Le sobreviven sus hijos Chikayoshi, Yuyi, Minoru, Norio y Hiroschi.
El sensei Matsunaga fue fundador del Judo en República Dominicana, Noveno Dan, promotor de las artes marciales japonesas en el país, constructor del Jardín Japonés del Jardín Botánico, paisajista e instructor de las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional, entre otras numerosas obras.
Matsunaga introdujo el judo al país tras su llegada en 1957 cuando apenas había rebasado la adolescencia.
Tan pronto pisó tierra dominicana, el inmortal del deporte dominicano comenzó a impartir la práctica del judo del Kodokan en el Gimnasio Camila, de la capital. Impartía clases en la casa de Manuel Yabra hijo, con la ayuda de Tatsuro y Sumijiro Kawabata.
La permanencia de Matsunaga y el judo en el país se vieron amenazados en el 1960, todavía en la Era de Trujillo, cuando la Embajada de Japón dispuso su partida, quien para entonces ya tenía su escuela aquí.